Vota esta semana un proyecto de ley de “muerte digna” que legalizaría la eutanasia activa para adultos con enfermedades incurables o sufrimientos insoportables. Lo convertiría en el tercer país de América en regularla, tras Canadá y Colombia, en una región donde el debate avanza de forma desigual.
Uruguay comenzó a debatir esta semana un proyecto de ley de “muerte digna” que legalizaría la eutanasia activa para adultos con enfermedades incurables o sufrimientos insoportables. De aprobarse, se convertiría en el tercer país de América en regular esta práctica, luego de Canadá y Colombia, en un continente donde el debate avanza con desigualdad.
La Cámara de Diputados inició la discusión del proyecto que busca garantizar el derecho a transitar dignamente el final de la vida. El texto contempla la despenalización de la eutanasia para mayores de edad psíquicamente aptos con enfermedades terminales o sufrimientos intolerables, con un procedimiento detallado para ciudadanos y residentes.
El proyecto cuenta con apoyo del oficialista Frente Amplio y parte del Partido Colorado, y prevé la intervención de una junta médica si los dos médicos autorizantes no coinciden. Se espera una votación favorable, aunque algunos sectores como el Partido Nacional y grupos como Identidad Soberana expresan rechazo.
Actualmente, Colombia y Canadá son los únicos países de América que regulan la eutanasia activa. En Colombia se despenalizó en 1997 y en 2015 se realizó la primera eutanasia legal; en 2023 se registraron más de 270 procedimientos. Canadá legalizó la eutanasia en 2016 y en 2023 más de 15 mil personas accedieron al procedimiento.
En la región, la legislación es diversa y la mayoría de los países no la permiten o cuentan con debates en curso. En Uruguay, la aprobación podría influir en la región y plantea el desafío de garantizar cuidados paliativos y consensos éticos.