Durante la construcción del puente General Belgrano en los años 70, salieron a la luz restos fósiles que hoy revelan datos inéditos sobre la fauna prehistórica del nordeste argentino.
Más de medio siglo después de su hallazgo, un grupo de científicos de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y del CONICET retomó el análisis de fósiles descubiertos durante la construcción del puente Chaco-Corrientes, y los resultados están generando un renovado interés científico.
En el marco de un proyecto de conservación preventiva de la Colección Paleontológica de la UNNE, se confirmó el primer registro de un pez fósil del Cuaternario en el nordeste argentino y el primer caso en la región de deterioro por la llamada “enfermedad de la pirita”, un fenómeno químico que daña restos fósiles al contacto con la humedad.
Un tesoro olvidado bajo tierra
Los fósiles fueron recolectados entre 1968 y principios de los 70 por el doctor Rafael Herbst y la licenciada Beatriz Álvarez, investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la UNNE. Durante las excavaciones del puente General Belgrano, que conecta las provincias de Chaco y Corrientes, afloraron cientos de restos fósiles que fueron almacenados en la Colección Paleontológica de la universidad.
Muchos de esos materiales ya habían sido identificados en estudios previos, revelando especies como gliptodontes, perezosos gigantes, toxodontes, cérvidos y otros mamíferos extintos, pero una parte importante del material quedó sin clasificar… hasta ahora.
Hallazgos que reescriben la historia paleontológica del NEA
Gracias al trabajo del técnico Carlos Luna, el técnico Pedro Cuaranta y el doctor Alfredo Eduardo Zurita, del Laboratorio de Evolución de Vertebrados y Ambientes Cenozoicos del CECOAL (CONICET-UNNE), se logró avanzar significativamente en la identificación taxonómica de esos restos.
Entre los hallazgos más destacados se encuentra el cráneo fósil de un “armado común”, un tipo de pez que hoy vive en ríos sudamericanos. Este registro no solo representa el primero de su tipo para el Cuaternario del nordeste argentino, sino también el segundo caso en todo el norte del país, lo que lo convierte en un descubrimiento de enorme valor científico.
Además, se identificaron restos de camélidos, équidos y tortugas de gran tamaño, los cuales serán preparados y etiquetados para futuros estudios.
Una amenaza silenciosa: la “enfermedad de la pirita”
El equipo también detectó la presencia de un proceso de deterioro químico conocido como “enfermedad de la pirita”, que ocurre cuando este mineral se oxida al entrar en contacto con la humedad y libera ácido sulfúrico, dañando los fósiles de forma irreversible.
Los análisis químicos realizados sobre algunas muestras confirmaron este fenómeno, lo que representa el primer caso documentado en el nordeste argentino. Esto pone en evidencia la importancia de la conservación especializada para preservar estos materiales únicos.
Un legado científico en crecimiento
“El valor de estos fósiles es enorme, y aunque pasaron décadas desde su hallazgo, todavía tienen mucho para decir”, destacó el técnico Carlos Luna. El trabajo se suma al legado inicial del doctor Herbst y Beatriz Álvarez, quienes marcaron el rumbo de la paleontología en la región.
Desde el CECOAL afirman que estos esfuerzos buscan poner a la Colección Paleontológica de la UNNE al nivel de las principales instituciones del país y del mundo. “Argentina tiene una larga tradición paleontológica y es nuestra responsabilidad conservar, estudiar y compartir ese patrimonio con la comunidad científica y el público”, concluyó el equipo.