Teherán confirmó que no retomará el diálogo con Washington sobre su programa nuclear. La decisión llega en medio de un contexto de creciente conflicto en la región y la cancelación de una ronda de conversaciones prevista con mediación de Omán.
La crisis en Medio Oriente suma un nuevo capítulo. Irán anunció oficialmente que no habrá nuevas negociaciones con Estados Unidos sobre su programa nuclear, en un momento de máxima tensión tras los recientes bombardeos israelíes apoyados por sectores ligados al expresidente Donald Trump.
El vicecanciller iraní Abás Araqchi fue tajante en una entrevista televisiva:
“Los estadounidenses solicitaron una nueva ronda de negociaciones y nuestra respuesta es no.”
Este rechazo sepulta, al menos por ahora, las expectativas de retomar un proceso diplomático que comenzó el pasado 12 de abril, con el objetivo de alcanzar un acuerdo que limitara el enriquecimiento de uranio en Irán, a cambio del levantamiento de sanciones económicas.

Hasta la fecha, ambas potencias habían mantenido cinco rondas de conversaciones indirectas, con Omán como país mediador, desarrolladas entre Mascate y Roma. Sin embargo, los últimos ataques y la creciente presión internacional complicaron el panorama.
Una nueva instancia de diálogo estaba prevista para esta semana, pero fue cancelada por Omán tras el inicio de los bombardeos el pasado 13 de junio, según confirmó el ministro de Exteriores omaní, Badr Albusaidi.
Paralelamente, Irán mantiene conversaciones con el E3 (Alemania, Francia y Reino Unido), con apoyo de la Unión Europea. Una nueva ronda entre estas partes estaba programada para este viernes en Ginebra.
Pero la tensión se incrementó aún más el pasado 12 de junio, cuando el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aprobó una resolución impulsada por Estados Unidos y el E3, con apoyo de 19 países, que denunció la falta de cooperación de Irán y la calificó como una violación de sus compromisos internacionales.
El documento insta a Irán a colaborar plenamente con la agencia para que su director general, Rafael Grossi, pueda verificar de manera completa su programa nuclear. La respuesta de Teherán fue inmediata y enérgica: acusó a Grossi de actuar al servicio de intereses extranjeros, y criticó el uso político del OIEA.
Con este escenario, las negociaciones entre Irán y Estados Unidos parecen haberse congelado indefinidamente, mientras la comunidad internacional observa con preocupación la escalada de tensiones en una región clave para la estabilidad global.