Así luce hoy Mr. T: la leyenda de Brigada A que acaba de cumplir 73 años y sigue inspirando a millones

El ícono de los 80 dejó atrás las pantallas, pero mantiene viva su energía y carisma en redes sociales, donde comparte su rutina de entrenamiento y su profunda fe cristiana con más de un millón de seguidores.

Durante los años 80, Mr. T se convirtió en uno de los rostros más reconocidos de la televisión y el cine de acción. Su inolvidable papel como el sargento B. A. Baracus en la serie Brigada A y su feroz interpretación del boxeador Clubber Lang en Rocky III lo transformaron en una figura icónica de la cultura pop.

Hoy, a los 73 años recién cumplidos, Laurence Tureaud —su verdadero nombre— luce distinto a como lo recordamos, pero mantiene intactas la energía, la voluntad y el carácter que lo hicieron famoso.

De guardaespaldas a estrella de Hollywood

Antes de alcanzar la fama, Mr. T trabajaba como portero y seguridad en clubes nocturnos de Chicago. Fue en ese ambiente donde nació su alter ego: un personaje fuerte, imponente y con una imagen tan llamativa como simbólica. Su estilo cargado de collares, anillos, pulseras y cadenas de oro era más que una estética: representaba un homenaje a sus raíces afroamericanas y a los esclavos africanos del siglo XVI.

Su reputación creció rápidamente, y no tardó en convertirse en guardaespaldas de celebridades como Muhammad Ali, Michael Jackson, Diana Ross y Steve McQueen, cobrando hasta 10.000 dólares por día, dependiendo del riesgo y destino del trabajo.

Su salto definitivo al estrellato llegó en 1981, cuando Sylvester Stallone lo descubrió durante un programa de lucha en televisión y lo eligió como el antagonista de Rocky III. Un año después, con el éxito de la película, Mr. T se volvió una estrella mundial. Poco después, su personaje en Brigada A lo consolidó como uno de los actores más queridos del prime time estadounidense.

Lucha libre, enfermedad y transformación espiritual

En 1984 protagonizó El hombre más fuerte del mundo y, al año siguiente, incursionó en la lucha libre profesional. Su participación en la primera edición de WrestleMania, junto a Hulk Hogan, quedó en la historia del entretenimiento deportivo. Durante años compitió tanto en combates reales como coreografiados, hasta alejarse definitivamente del ring.

Pero en 1995, su vida dio un giro inesperado: fue diagnosticado con linfoma cutáneo, una forma de cáncer. Esta batalla lo obligó a retirarse temporalmente de la vida pública. Tras seis años de tratamiento, logró vencer la enfermedad y, con ello, emprendió un cambio de vida radical.

“Cuando vi a personas perder la vida, sus hogares y todo lo que tenían, sentí que usar oro era un pecado ante Dios. Era innecesario e irrespetuoso. Por eso decidí dejar mis joyas”, declaró años después.

Desde entonces, se ha dedicado a difundir su fe cristiana, a compartir mensajes de motivación y a inspirar desde la humildad. Incluso abandonó el estilo que lo caracterizaba, reemplazando las cadenas de oro por un discurso centrado en la esperanza, la superación y la espiritualidad.

Mr. T hoy: más fuerte que nunca

Aunque alejado de las cámaras, Mr. T sigue activo en redes sociales, donde lo siguen más de un millón de personas en Instagram. Comparte su rutina de ejercicios, frases motivacionales y mensajes religiosos. Con 73 años, conserva un físico envidiable y una actitud positiva que lo mantiene como referente para generaciones nuevas y nostálgicas.


Mr. T ya no necesita un plató para brillar. Su legado vive en sus personajes, pero también en su transformación personal, su lucha contra la adversidad y su compromiso por inspirar a otros con fe, fuerza y humildad.