En una comunicación con el arzobispo emérito de la Arquidiócesis de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna, compartió emotivas palabras sobre su trayectoria y el reciente nombramiento de monseñor José Adolfo Larregain como nuevo arzobispo. Castagna destacó su vínculo con el pueblo correntino, al que calificó como “grande en su sencillez, profundamente creyente y mariano”.
Monseñor José Adolfo Larregain asumirá esta noche como Arzobispo de Corrientes y en este marco dialogamos con monseñor Domingo Salvador Castagna. “Le envié un mensaje a monseñor Larregain, quien toma hoy posesión como arzobispo. Lamento no estar en Corrientes para acompañarlo, pero me honra saber que este es mi segundo sucesor. Primero llegó monseñor Andrés Stanovnik, y ahora, Larregain”, expresó Castagna.
Consultado sobre la recomendación que le dejaría a Larregain dijo: “Yo le diría a mi sucesor que hay que estar muy cerca del pueblo, acompañándolo, dialogando con el pueblo, con un oido en el pueblo y otro en el evangelio, y creo que lo esta haciendo con su estilo propio. Y otra cosa importante es tener una gran fidelidad al evangelio, como lo predica la iglesia. Palabra de Dios y pueblo de Dios”,señaló.
Asimismo, resaltó la importancia de guiar al pueblo correntino desde el amor y la cercanía pastoral, valorando profundamente su devoción mariana y su espiritualidad. “El pueblo correntino es grande en su sencillez, creyente en su inmensa mayoría y profundamente mariano”, afirmó.
Por otra parte el arzobispo emérito recordó momentos claves de su vida pastoral y reflexionó sobre los casi 30 años que lleva viviendo en Corrientes, tiempo en el que decidió quedarse por el cariño recibido de la comunidad. “Amo Corrientes, por eso me quedé aquí, aunque nunca aprendí guaraní”, dijo con humildad.
Finalmente, reflexionó sobre los desafíos que vivió durante su mandato, incluyendo momentos difíciles de la historia provincial, como los hechos del año 1999. “Fueron instantes duros, pero también abiertos a la esperanza. Corrientes ha demostrado ser un pueblo resiliente y lleno de fe”, concluyó.
El cariño de los correntinos hacia monseñor Castagna queda demostrado en los numerosos reconocimientos que ha recibido, entre ellos, el título de Ciudadano Ilustre. Su legado pastoral sigue vivo en la comunidad, marcada por su espiritualidad y servicio generoso.