Al ser demorada con su vehículo protagonizó un escándalo y “falló” en diez intentos del test de alcoholemia.
Una mujer que conducía un automóvil en supuesto estado de ebriedad en el microcentro de la capital correntina, según fuentes oficiales, permaneció dos horas atrincherada en el vehículo, intimidó a policías e inspectores de tránsito y también “falló” en diez intentos de realizar el test de alcoholemia.
Con la presencia de un familiar, la protagonista de la escandalosa situación aceptó descender del auto y entregarlo para su secuestro por parte de la Dirección de Tránsito Municipal.Un informe policial precisa que, alrededor de la 1:30, un grupo de agentes municipales observaron que un Peugeot 208 de color blanco circulaba de lado a lado por avenida Italia al 400.
Desde allí siguieron al vehículo hasta atravesar a su paso una camioneta de Tránsito en la esquina de San Juan y Carlos Pellegrini, aprovechando la puesta en rojo de un semáforo.
El procedimiento fue rechazado en todo momento por Cintia A., de 46 años, quien -supuestamente- de forma prepotente y a los gritos, dijo ser una empleada jerárquica del Poder Judicial de la provincia.
Los inspectores pidieron colaboración a la Policía. Así fue que acudieron efectivos del Departamento de Unidades Operativas y Distritos Policiales (Comando) en el móvil C-377.
La falta de colaboración de la mujer provocó una larga discusión. Recién a las 3:30 esa persona accedió a descender del automóvil cuando llegó un hermano suyo a “destrabar el inconveniente”.
La conductora realizó diez intentos con la pipeta del test de alcoholemia. En todas fracasó, aparentemente, “a propósito”.
“Manifestaba a viva voz desempeñar funciones en el Poder Judicial y que tomaría represalias por el operativo que se estaba realizando”, señaló una de las fuentes consultadas por época.
El automóvil fue trasladado a un depósito. Intervendrá el Juzgado de Faltas con los informes elevados de los inspectores actuantes.